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Vive la vida



Sé que he tenido el blog bastante abandonado durante esta semana pasada, pero me estaba tomando un pequeño descanso. Y bueno, después de ese descanso, toca ponerse las pilas y he vuelto bastante reflexiva.


Hace un año perdí a mi tía por culpa de la enfermedad de moda, el cáncer, ella tan solo tenía 55 años y luchó como no podéis imaginar, es digna de admirar os lo aseguro. Su último año se lo tiró ingresada en un hospital con las esperanzas de volver a casa y estar junto a los suyos, a pesar de sus dolores y de muchas veces parecer que se rendía ella seguía ahí, al pie del cañón. Después de 1 un año ingresada llegó un día en el que nos dijeron que le quedaban 48 horas de vida, os podéis imaginar, ese día fue horrible, pensar que todo lo que había luchado ¿para qué? y lo peor, saber que ya no estaría más con nosotros. Pero bueno ahí estaba mi tata preciosa para darnos otra lección, la subieron de la UCI para que pudiera estar esas 48 horas con su familia y nosotros que somos como una comuna gitana, ahí al pie del cañón. Durante ese fin de semana no os podéis ni llegar a imaginar la gente que llegó a pasar por el hospital, familia, amigos... Todo el mundo quería estar allí, con ella. Hacíamos hasta cenas en el jardín del hospital, aunque ella no se pudiera mover de la cama estaba encantada de ver a toda su familia junta. Eso le hizo aguantar 16 días, unos 16 días maravillosos, en los que estuvimos todos unidos con ella, en los que no faltaron las risas ni un solo momento, también hubo llantos claro está, pero eso era de puertas para fuera, ella solamente tenía que vernos felices e irse rodeada de los suyos, lo conseguimos. Los médicos decían que lo que aguantaba ella no era normal, qué era la fuerza que le transmitíamos todos, os aseguro que a pesar de lo duro que fue, fueron unos días mágicos, poderte despedirte de ella y ver que por fin descansaría y dejaría de sufrir, para mí fue muy importante. Aunque suene duro, la mayoría de veces somos egoístas y no queremos que nuestros seres queridos nos dejen y no pensamos en ellos, en su dolor y lo mucho que llegan a sufrir.


¿Os preguntaréis que tiene que ver esto con mi reflexión?


La importancia de vivir, muchas veces nos quejamos por cosas banales, y no damos la importancia suficiente a que tengamos salud para afrontar todo y vivir. Cuando tienes una enfermedad que sabes que no vas a salir de ella, los problemas que nos parecían tan importantes dejan de serlo, por que tu única preocupación es luchar para seguir con vida.


Cumplir años no tiene que ser un problema, ¡al revés! Es una alegría poder celebrar que cumples un año de vida, y que sigues aquí. Piensa en esas personas que se han ido, cuando no les tocaba, lo que darían por cumplir años.


Disfruta el día a día, porque no sabes lo que te deparará el mañana y aunque tenemos que ser precavidos por los posibles efectos del futuro, preocúpate del presente que es lo que estás viviendo.


En resumen amigos, vivir vuestra vida y valorarla porque sólo tenemos una.


Siempre estarás en mi corazón mi Tata preciosa ❤️



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